Las ratas son roedores de tamaño mediano de la familia Muridae. El término “rata”, sin embargo, se usa generalmente en referencia a los miembros del género Rattus, las llamadas “ratas verdaderas”. También se puede usar en referencia a una serie de pequeños mamíferos, que no son ratas, como los neotomas que habitan América del norte o las ratas canguro. Las ratas se pueden distinguir de los ratones por su mayor tamaño, presentando cuerpos y piernas más largos. Curiosamente, los antiguos romanos no diferenciaban entre ratas y ratones, limitándose a precisara su tamaño refiriéndose a las ratas como “mus maximus” (ratón grande) y a ratones como “mus minimus” (ratoncito).
Hay más de 60 especies de ratas. Algunas de las más destacables son:
Rattus argentiventer: rata de arrozales;
Rattus hoffmanni: rata de Hoffmann;
Rattus lutreolus: rata de pantano australiana;
Rattus norvegicus: rata noruega, también conocida como rata parda o rata de alcantarilla;
Rattus osgoodi: rata vietnamita de Osgood;
Rattus rattus: rata común, también conocida como la rata negra;
Rattus xanthurus: rata del noreste de Xanthurus, también conocida como la rata de cola blanca de Sulawesi.
Las especies más comunes de ratas, y con las que las personas entran en contacto con más frecuencia, son la rata negra (Rattus rattus) y la rata marrón (Rattus norvegicus). Debido a sus frecuentes encuentros con humanos y los daños que pueden causar, estos son los ejemplares que, en su mayoría, se consideran plagas.
Descripción y distribución
Las ratas tienen cuerpos largos y delgados, piernas largas y cola delgada. La cola les ayuda con el equilibrio, la comunicación y la regulación de la temperatura corporal (a través de la constricción y expansión de los vasos sanguíneos allí). Tienen ojos, oídos, una nariz (todos los cuales proporcionan sentidos desarrollados) y dientes frontales que crecen entre 11 y 14 cm cada año. Al igual que los roedores, las ratas los desgastan royendo continuamente todo y todo lo que los rodea, incluidos el cemento, la madera, las tuberías de plomo y otros animales pequeños.
Aunque son en general más grandes que los ratones, las ratas presentan un sinfín de tamaños. La especie de rata más grande es la rata lanuda de Bosavi (que fue descubierta recientemente, en 2009, en la selva tropical de Papúa Nueva Guinea, y aún no tiene un nombre científico); esta especie tiene el tamaño de un gato adulto: 82cm en longitud, desde la nariz hasta la cola, y 1,5 kg de peso. Una de las ratas más pequeñas, por otro lado, es la rata vietnamita de Osgood (Rattus osgoodi), que mide apenas entre 12-17 cm. En general, las ratas rara vez pesan más de 500 g.
Las ratas marrones pueden crecer hasta 30-40 cm y pesar alrededor de 200-500 g. Son de color gris en la parte inferior y de color marrón rojizo o grisáceo en la parte superior del cuerpo. Las orejas y la cola no tienen vello, y la cola mide menos que el cuerpo de la rata.
Las ratas negras son más pequeñas que las ratas marrones, y pesan alrededor de 140-180 g. Son de color gris claro o blanco en la parte inferior y de color gris oscuro o negro en la parte superior del cuerpo. Su cola es más larga que su cuerpo.
Las ratas se originaron en Asia y Australia y están presentes en todos los continentes, a excepción de la Antártida, cuyo clima hostil es demasiado severo para permitirles sobrevivir. Sin embargo, se han introducido ratas, que han formado poblaciones estables, en muchas islas cerca de la Antártida. En todos estos lugares, las ratas son extremadamente comunes, tanto que en los Estados Unidos las estadísticas afirman que hay aproximadamente una rata por persona.
La mayoría de las especies son nocturnas, aunque también se sabe que la rata parda se mantiene despierta y activa también durante el día, especialmente cuando la población crece tanto que controlar el territorio y encontrar comida y agua se vuelve complicado. Dependiendo de la especie, así como del entorno en el que vivan, las ratas tendrán diferentes características adaptables. Por ejemplo, las ratas marrones son muy buenas nadadoras, mientras que las ratas negras son muy buenas trepadoras. La mayoría de las especies tienen un sentido del olfato muy desarrollado y una memoria excelente.
El “hogar” de una rata generalmente será su nido, aunque la ubicación exacta de este nido dependerá, nuevamente, de la especie y del ambiente. Como tal, hay 2 tipos de especies de ratas: terrestres o arbóreas. Las ratas negras, que son buenas escaladoras, a menudo construyen nidos en lugares alto o de difícil acceso, por lo que a veces se las llama “ratas de techo”. Arbustos, árboles, vegetación densa, así como estantes altos, paredes, falsos techos, desvanes, tejados, etc., son áreas que pueden resultar atractivas para estas ratas. Éste no es siempre el caso, sin embargo; a veces, también construyen sus nidos en forma de madrigueras, en la tierra. Por otro lado, las ratas hembras construirán nidos exclusivamente en madrigueras subterráneas, ya sea a lo largo de cimientos de edificios, bajo pilas de madera, bajo pilas de escombros, o en sótanos o en la planta baja de los edificios. Estos nidos son donde las ratas se aparean, crían a sus crías, almacenan alimentos y buscan protección contra los depredadores. Fieles a su naturaleza ingeniosa y oportunista, las ratas pueden construir sus nidos a partir de cualquier combinación de material que puedan encontrar, incluyendo pasto, ramas, papel y basura.
Cría y alimentación
Las ratas generalmente viven en grupos, llamados colonias o nidos. La dinámica de grupo depende de la especie. Si bien las ratas marrones suelen ser dirigidas por el macho más grande del grupo, algunas especies pueden tener varios machos o hembras dominantes. Una característica interesante es que las ratas se afanan en cuidar a los otros miembros del grupo, especialmente si están enfermos o heridos. Además, sin compañía, se ha observado que las ratas se sienten solas y deprimidas, lo que nos da una idea de hasta qué punto la rata es un animal social. Cuando un macho y una hembra se juntan para aparearse y anidar en un área que aún no está reclamada, se formará un nuevo grupo o colonia.
Las ratas son polígamas, se reproducen muy rápido y muy fácilmente. Una sola hembra puede aparearse aproximadamente 500 veces en un período de receptividad -celo- de 6 horas (un estado que experimenta alrededor de 15 veces al año). Además, puede volver a aparearse solo 18 horas después de dar a luz, y puede producir alrededor de 7 camadas por año. Como resultado, un solo par de ratas marrones puede producir hasta 2,000 descendientes en un solo año. El apareamiento generalmente ocurre en los meses cálidos del año, pero no exclusivamente. La gestación dura alrededor de 12-16 días. El número de crías que dará a luz la hembra depende de la especie; las ratas marrones pueden tener hasta 22, mientras que las especies tropicales generalmente tienen alrededor de 6 crías. Cuando nacen, éstas pesan solo alrededor de 6-8 g. Sin embargo, crecen rápidamente y, a la edad de 3 meses, pueden reproducirse.
Los depredadores de ratas incluyen: grandes aves de presa (por ejemplo, búhos, halcones, águilas, etc.), así como varias especies de serpientes. En áreas urbanas o suburbanas, las ratas tienen 2 enemigos principales: los gatos y los humanos.
Cuando se sienten amenazadas, las ratas se vuelven muy agresivas; lucharán, morderán e incluso perseguirán a su atacante, siento ésta su reacción más efectiva y común cuando se enfrentan contra enemigos pequeños. Además, las ratas son muy resistentes. Pueden nadar, pueden mantenerse en el agua durante 3 días enteros sin salir a secarse, e incluso pueden sobrevivir al tirarse por el inodoro. También pueden caer hasta 15m. y sobrevivir. Además, su naturaleza sospechosa les ayuda a sobrevivir, ya que las ratas desconfían de cualquier novedad introducida en sus territorios o rutas frecuentes, especialmente cerca de sus hogares, por lo que, muchas veces, sabrán con anticipación cuándo algo ha cambiado y está ‘’mal’’ y se esconderán.
El promedio de vida de una rata depende de la especie a la que pertenezca, pero la mayoría no vive más de un año, debido a la depredación. Dos o tres años es generalmente el máximo que puede vivir una rata salvaje. Hasta el 97% de las ratas caseras también mueren en su primer año de vida.
La mayoría de las ratas son omnívoras, con preferencia por la carne, aunque algunas, como la rata de cola blanca de Sulawesi y la rata de Hoffman, son “vegetarianas”, teniendo preferencia por la vegetación. Son alimentadores oportunistas, y comen:
Vegetación: semillas, granos, frutos;
carne: insectos, caracoles, mejillones, peces, anfibios, reptiles, aves pequeñas (por ejemplo, aves de corral), pequeños mamíferos (por ejemplo, ratones).
Algunas especies pueden tener ciertas preferencias alimentarias. La rata marrón comerá más alimentos con alto contenido de proteínas (por ejemplo, restos de carne, comida para mascotas, etc.), mientras que la rata negra generalmente mostrará una preferencia por las frutas.
Las ratas que viven en áreas urbanas o suburbanas por lo general dependen de los humanos como su principal fuente de alimento, hurgando en nuestra basura o comiendo cualquier alimento que quede desprotegido. En tiempos desesperados, también se sabe que las ratas se comen sus propias heces, ya que tienen valor nutricional. Curiosamente, las ratas pueden durar más tiempo que un camello sin beber agua.
Plagas de ratas
A lo largo de la historia, las ratas han sido consideradas plagas mortales, ya que se sabe que han ayudado a extender numerosas epidemias, destacando la peste bubónica, la plaga más mortífera de la historia. Hoy en día, la mayoría de las áreas urbanas tienen que lidiar con plagas de ratas, lo que lleva a numerosos mitos sobre esta especie. En los distritos centrales y más poblados de las grandes ciudades, se suele decir que la población de ratas es igual a la población humana. Las ratas tienen la capacidad de nadar y subir por las tuberías del alcantarillado hasta los inodoros. Los lugares donde buscar infestaciones de ratas son alrededor de las tuberías, detrás de las paredes y cerca de los cubos de basura. El control efectivo de ratas requiere que los trabajadores municipales y los ciudadanos trabajen juntos.
Dañinas para los cultivos, la casa y la higiene, las ratas consumen todo tipo de alimentos, además de contaminarlos con orina, heces y otras secreciones. También producen daños en muebles, cables eléctricos, estantes, vigas, puertas y plásticos. Para colmo, sufren o portan una gran cantidad de enfermedades que pueden transmitirse a otros animales o incluso a los humanos. Las ratas son conocidas por ser portadoras de pulgas, que por sí mismas son portadoras de otras enfermedades, como el virus de Lyssa, Salmonella, lombrices y otros ecto- y endo-parásitos.
En general, cuando se introducen en lugares donde antes no existían, se sabe que las ratas causan una gran cantidad de degradación ambiental. La rata negra es considerada una de las especies más invasoras del mundo; también se conoce como la rata de barco, ya que se ha transportado en barcos de todo el mundo. Lo mismo se puede decir de la rata marrón, también una de las especies más invasoras que existen. Ambas especies son omnívoras y, por lo tanto, capaces de comer una gran variedad de material vegetal y animal; es por ello que no nos debe extrañar que hayan contribuido a la extinción de muchas especies de vida silvestre en todo el mundo, como plantas, invertebrados, reptiles, aves y pequeños mamíferos. Algunos expertos creen que entre el 40% y el 60% de todas las extinciones de aves marinas y reptiles (el 90% de las cuales se producen en islas) pueden atribuirse a las ratas. Debido a este efecto devastador que tienen en la flora y fauna nativas, especialmente en las islas, los esfuerzos para eliminar las ratas son arduos y constantes en muchas partes del mundo.
A pesar del miedo o el disgusto que pueden despertar en algunas personas, también hay quién adopta ratas como mascotas. Las ratas criadas especialmente para ello se han utilizado como mascotas desde finales del siglo XIX. Por lo general, son variaciones de la rata marrón, aunque también hay quien ha conseguido tener como mascotas ratas negras e incluso ratas con bolsas gigantes (género Cricetomys). Las ratas que se crían especialmente para ser mascotas o ratas que han vivido como mascotas desde el principio de sus vidas se comportan de manera diferente a las ratas salvajes; son tranquilos, amigables, se les puede enseñar a realizar diversos comportamientos, no muerden y, lo más importante, no representan un riesgo para la salud mayor que el que pueda representar un gato o un perro.
Es un hecho mucho más conocido que las ratas se utilizan como sujetos para la investigación científica. Su inteligencia, adaptabilidad, ingenio y agresividad son solo algunos de los rasgos que los convierten en opciones populares. Durante décadas, las ratas se han utilizado en una variedad de estudios experimentales, cuyos hallazgos han contribuido a nuestra comprensión de la genética, de las enfermedades, del funcionamiento del cerebro y los efectos de las drogas, del comportamiento, etc. Por lo tanto, podemos decir que las ratas realmente han proporcionado grandes beneficios a la salud y al bienestar general de la raza humana.
Además, las ratas también se han utilizado para otros fines más inusuales. Por ejemplo, su sentido del olfato desarrollado ha sido empleado por la organización no gubernamental belga APOPO, que entrena ratas (específicamente ratas de bolsa gigante africanas, también conocidas como Cricetomys gambianus) para detectar minas terrestres y diagnosticar la tuberculosis.
Si tienes que lidiar con una plaga de ratas comunes y necesitas proteger tu propiedad y tus cultivos, aplica los métodos de control sugeridos en nuestro artículo sobre “Cómo eliminar las ratas”. Pasando desde trampas hasta cebos y repelentes, allí descubrirás cómo puedes erradicar una de estas plagas, aunque también debes tener en cuenta siempre que la prevención es tan importante como la exclusión. Para conocer las formas en que puedes “Prevenir las plagas de ratas”, consulta nuestro artículo relacionado donde obtendrás más información sobre cómo eliminar los atrayentes y aplicar repelentes para mantener a raya a las ratas.
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