Las libélulas son parte del orden Odonata, encuadradas en el infraorden Anisoptera. Son voladores ágiles y tienen una vasta paleta de colores metálicos que los hace visibles en pleno vuelo. Pueden volar hacia arriba y hacia abajo, flotar como un helicóptero e incluso aparearse en el aire. Si no pudieran volar, se morirían de hambre porque solo se alimentan de las presas que capturan mientras vuelan, cuando están en su etapa adulta final.
Existen alrededor de 3.000 especies de Ansioptera diseminadas por todo el mundo, la mayoría de ellas ubicadas en las regiones tropicales y, en menor número, en las regiones templadas.
La mayoría de las libélulas se consideran beneficiosas debido a que, durante su etapa adulta, cazan y se alimentan de insectos más pequeños que ellas y que en general suponen una amenaza para tu jardín o huerto. Es por ello que las libélulas suponen una herramienta muy eficaz en el control sobre la población de mosquitos, ya que una sola libélula puede comer de 30 a cientos de mosquitos por día. También comen moscas y otros insectos voladores. Incluso se han documentado casos de libélulas comiendo termitas aladas mientras vuelan desde el suelo. En su primera etapa de larva, las libélulas comen renacuajos o peces pequeños.
Sin embargo, también pueden llegar a considerarse plagas, ya que son depredadores tanto en su etapa larvaria acuática como en su etapa adulta. Tratar con una plaga de libélulas que haya afectado a tus cultivos puede ser difícil, y saber cómo mantener estos insectos bajo control es importante.
Descripción y distribución
Las libélulas se encuentran en todas partes del mundo, excepto en la Antártida, con mayor población en áreas tropicales que en las más templadas. La libélula rayadora naranja (Pantala flavescens) es probablemente la especie de libélula más extendida en el mundo, hallándose presenta en todos los continentes en las regiones más cálidas. Según la zona en la que se encuentran, ciertas especies se han adaptado a temperaturas entre 18 y 45 ° C, como las que viven en el desierto de Mojave. También se pueden encontrar a diferentes niveles de altitud, desde el nivel del mar hasta las montañas. Sin embargo, su número disminuye, así como la diversidad de especies conforme mayor es la altitud. Su límite altitudinal es de unos 3700 m, representado por una especie del género Aeshna en la cordillera asiática del Pamir.
En cuanto a morfología, las libélulas, sin importar su tipo o el lugar donde se pueden encontrar, comparten algunas características generales, empezando por sus cuerpos delgados, sus alas y la cabeza completamente cubiertas de ojos. Al igual que cualquier otro insecto, la libélula adulta tiene su cuerpo separado en tres segmentos principales: la cabeza, el tórax y el abdomen.
La cabeza es muy grande y tiene antenas cortas. Sin embargo, está dominada por dos ojos compuestos, que cubren la mayor parte de su superficie. Estos proporcionan una visión completa en el hemisferio frontal de la libélula. Estos ojos compuestos se encuentran en la parte superior de la cabeza. Además de ellos, las libélulas también tienen tres ojos simples, también conocidos como ocelos.
La boca de la libélula es fuerte y está adaptada para morder, ya que tiene una mandíbula dentada que ayuda al insecto a atrapar y devorar rápidamente a su presa.
El tórax, como ya hemos dicho, se compone a su vez de tres segmentos, donde se encuentran los dos pares de alas y tres pares de patas de la libélula. Las alas son más estrechas en la punta y más anchas en la base y no se doblan, incluso cuando el insecto ha aterrizado en el suelo. Son largas, veteadas y membranosas, con las alas posteriores más anchas que las anteriores. Las piernas rara vez se usan para caminar, pero se usan para atrapar y sostener presas, para posarse y para trepar a las plantas. El abdomen se compone de 10 segmentos y es aquí donde se pueden encontrar los órganos reproductivos de la libélula.
Aunque en la edad adulta, la libélula parece conservar la misma estructura que cuando era ninfa, su aspecto varía según el instante de su desarrollo en que se encuentren. Las ninfas de libélulas permanecen en el interior de agua, donde buscan refugio formando numerosos escondites y pequeñas madrigueras, y se sabe que pueden permanecer en la etapa de ninfa hasta por 2 años. La principal diferencia con los adultos es que las ninfas carecen de alas y órganos reproductivos. Tienen agallas internas y el agua es bombeada hacia adentro y hacia afuera de su abdomen a través de una abertura en su punta, mientras pasan su vida en el agua.
La coloración de una libélula es un aspecto interesante, ya que tienen colores iridiscentes o metálicos, con una combinación general de pigmentos amarillos, rojos, marrones y negros, con colores estructurales, que los hacen ser considerados algunos de los insectos más hermosos, junto con mariposas. Los adultos recién emergidos a menudo tienen un cuerpo de color pálido y los colores fuertes aparecen solo después de unos días. Las ninfas libélulas suelen ser una mezcla bien camuflada de color marrón opaco, verde y gris.
Cría y alimentación
El apareamiento de las libélulas es un proceso bastante complejo y coreografiado. Los machos deben primero atraer a las hembras a su territorio mientras ahuyentan a los machos rivales. Cuando están listos para aparearse, el macho agarra a la hembra por la cabeza y la pareja vuela en tándem con el macho al frente, a veces descansando sobre una ramita o tallo de una planta. Luego, la hembra dobla su abdomen y lo empuja hacia delante para recoger el esperma de los genitales secundarios del macho, mientras que el macho usa los cierres que tiene en su “cola” para agarrar a la hembra por detrás de la cabeza. La fertilización puede demorarse, por lo que el macho corre el peligro de que otros machos extraigan su esperma para insertar el suyo.
Dependiendo de la especie, la puesta de huevos puede realizarse de dos formas. En algunas familias, la hembra tiene un ovipositor afilado con el que corta un tallo o la hoja de una planta sobre o cerca del agua, y luego empuja sus huevos dentro. En otras familias, la hembra pone sus huevos golpeando la superficie del agua repetidamente con su abdomen, sacudiendo los huevos fuera de su abdomen mientras vuela. Una vez eclosiona el huevo, el insecto no atraviesa una etapa pupal, sino que pasa solo a través de varias etapas ninfales, de las cuales emerge el adulto. Una libélula puede poner hasta 1500 huevos, que luego tardan hasta una semana hasta que nacen en su forma de ninfas acuáticas, que luego a su vez mudarán todo su exoesqueleto entre 6 y 15 veces, a medida que crecen. La mayor parte de la vida de una libélula se pasa como una ninfa, debajo del agua, ya que puede llevar hasta dos años hasta que se convierta en un adulto. Cuando están listos para convertirse en adultos, salen de la superficie del agua y se suben a una planta, donde luego tienen su muda final, con la libélula adulta emergiendo, respirando aire y expandiendo sus alas.
Las libélulas son voladores ágiles y resistentes, ya que son capaces de migrar incluso a través de los océanos. Pueden moverse en cualquier dirección y cambiar de dirección repentinamente. Sus alas se comportan de forma bastante dinámica durante el vuelo, flexionándose y girándose durante cada batida.
Respecto a sus hábitos de alimentación, se sabe que las libélulas son excelentes herramientas para el control de plagas. Debido a su velocidad y agilidad de vuelo, son capaces de atrapar y transportar a sus presas mientras vuelan. En su mayoría son carnívoros, ya que comen una gran variedad de insectos más pequeños, como: mosquitos, moscas, mariposas, polillas, caballitos del diablo y libélulas más pequeñas. Una libélula puede consumir hasta una quinta parte de su peso corporal. Esta es la razón por la cual las libélulas son un buen método natural de control de plagas, especialmente cuando se trata de una infestación de mosquitos. También son depredadores voraces en su estado larvario, y comen gusanos de agua y otros insectos pequeños, como renacuajos y peces pequeños.
Las libélulas pueden convertirse en un reclamo, ya que son la comida preferida de algunas aves, como el halcón, el merlo o las golondrinas. Algunas especies de avispas también se alimentan de las libélulas y, mientras se encuentran en su etapa larvaria, forman parte de la dieta de muchos patos, garzas y ranas.
La relación entre libélulas y humanos
Las libélulas han sido objeto de investigación durante mucho tiempo, especialmente debido a su capacidad para volar. Sin embargo, debido a la destrucción masiva de las selvas tropicales, muchas especies están en peligro de extinción. La represa de ríos y el drenaje de tierras bajas también contribuye a la desaparición de hábitats adecuados para las libélulas. Esta es también la razón por la cual, para sobrevivir, muchas especies se adaptan y comienzan a afectar a los cultivos. Muchas libélulas ahora dependen de los campos de arroz, estanques y arroyos y, debido a que son atraídas por las superficies brillantes, como paneles solares o automóviles, que confunden con la superficie del agua, poner sus huevos ahora puede ser un problema. Esto acaba afectando el desarrollo de la población de libélulas, lo que se suma a su rápido declive.
Normalmente, las libélulas son insectos que querrías tener en tu jardín, ya que no son peligrosos para los humanos, pero te ayudan a deshacerte de insectos molestos. Sin embargo, por la misma razón, ellos mismos pueden considerarse plagas, especialmente para los colmenares, porque también tienden a alimentarse de las abejas cuando surge la oportunidad. Si deseas deshacerte de las libélulas, ya que consideras que hay demasiadas en tu jardín, puede seguir los pasos que se presentan en nuestros otros artículos sobre esta especie, donde descubrirás las distintas maneras en que puedes ‘’Prevenir las plagas de libélulas’’ o ‘’Cómo eliminar las libélulas’’. Sigue los métodos presentados allí, y ten en cuenta que cuando se trata de libélulas, es posible que desees pensártelo dos veces antes de erradicar un insecto que puede ser muy beneficioso para tu jardín.