Información sobre las ardillas

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Las ardillas son roedores de tamaño mediano pertenecientes a la familia Sciuridae. La palabra “ardilla” (squirrel en inglés) parece derivarse, en sus inicios, del griego antiguo “skiouros”, que puede traducirse literalmente como “cola de sombra”, una referencia a la cola tupida que poseen muchas especies de ardillas. Las ardillas están estrechamente relacionadas con los otros miembros de la familia Sciuridae, a saber: ardillas, marmotas, ardillas voladoras y perritos de la pradera.

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En total la familia Sciuridae se divide en 5 subfamilias, con 58 géneros, y alrededor de 285 especies, entre los que destacaremos los 3 “tipos” principales de ardilla, clasificándolas según su hábitat en:

Aquellas que viven en el suelo

Las que habitan en los árboles

Ardillas voladoras.

Las primeras ardillas datan del período Eoceno y parecen estar más estrechamente relacionadas con los castores de montaña que con cualquiera de los miembros actuales de la familia Sciuridae.

Descripción y distribución

Todas las ardillas poseen un cuerpo delgado, 2 pares de patas y una cola espesa. Las patas terminan en garras, cada una con 4-5 dedos, incluyendo un pulgar (a menudo mal desarrollado). Las garras son resistentes y están perfectamente adaptadas para agarrarse y trepar. Generalmente, sus extremidades traseras son más largas que sus extremidades delanteras. Curiosamente, las ardillas que habitan en los árboles pueden girar sus tobillos hasta 180 grados, de modo que sus patas traseras apuntan hacia atrás; esto les da a sus garras la posibilidad de agarrar mejor a la corteza del árbol, lo que a su vez permite que las ardillas desciendan del árbol ‘’de cabeza’’. Las ardillas también son capaces de saltar hasta 6 metros, y de correr alcanzando una velocidad de 32 km/h.

Cabe señalar que las ardillas voladoras -al contrario de lo que su nombre indica- no pueden volar, sino que, en realidad, planean y controlan su dirección en el aire con la ayuda de una membrana que se extiende desde las muñecas hasta los tobillos. En algunas especies, esta membrana les permite desplazarse hasta 48 metros de distancia.

Las ardillas tienen ojos grandes y excelente visión, lo cual es particularmente importante en el caso de las ardillas de árbol. También tienen bigotes (también llamados vibrissae) en la cabeza y en las extremidades, lo que les da un sentido del tacto relativamente bueno. Los dientes son muy característicos, similares a los de los roedores: destacan con diferencia los 4 incisivos grandes que continúan creciendo a lo largo de toda la vida, protegidos del labio por un amplio espacio conocido como diastema.

Las ardillas son animales por lo general pequeños, aunque el tamaño dependerá también de la especie. Por ejemplo, la ardilla pigmea africana (Myosciurus pumilio) mide alrededor de 7-10 cm de largo y pesa alrededor de 10 g, mientras que la ardilla gigante india y la ardilla voladora gigante de Laos (Biswamoyopterus laoensis) pueden alcanzar hasta 1 metro de envergadura y pesar hasta alrededor de 1,8kg. Las ardillas grises, las especies más comunes de ardilla, son ardillas de tamaño mediano, que crecen alrededor de 38-50cm de longitud, más longitud de cola de alrededor de 15-24cm, que hacen un peso total de alrededor de 0,45-0,68kg.

Las características de la piel varían mucho según la especie. La gama de colores varía entre el marrón, rojo e incluso negro, y es muy variable incluso dentro de la misma especie, dependiendo, por ejemplo, del grosor del pelaje de una ardilla, el cual cambia según las estaciones. Sin embargo, una cosa que todas las especies tendrán en común es que el pelaje de un espécimen sano casi siempre será suave y sedoso.

Las ardillas son indígenas de América, Eurasia y África, por lo que viven en todos los continentes, con la excepción de Australia y la Antártida. Se adaptan a la vida en casi todos los hábitats de la Tierra, desde selvas tropicales hasta desiertos semiáridos; las únicas excepciones son las regiones polares altas y los desiertos extremadamente secos.

Las ardillas que habitan tanto en el suelo como en los árboles son diurnas o crepusculares; Las ardillas voladoras, por otro lado, suelen ser nocturnas. Durante el invierno, algunas especies de ardillas hibernarán. Si bien las especies que viven en el suelo son generalmente animales sociales, que a menudo viven en colonias bien desarrolladas, se sabe que las especies que habitan en los árboles son más solitarias.

Las ardillas que habitan en los árboles construyen sus nidos en lo alto de sus copas; estos serán aproximadamente del tamaño de un balón de fútbol, ​​hechos de ramitas y forrados con hierba, musgo y plumas para mayor comodidad y aislamiento. Las ardillas de tierra, por otro lado, excavan sistemas enteros de túneles bajo tierra. Las ardillas voladoras viven en huecos de árboles preexistentes o construyen nidos en las curvas de las ramas.

Las ardillas se comunican a través de 2 canales principales: vocalizaciones y marcas de olor. Entre la misma familia de ardillas, que viven todas juntas, usarán también sus colas como dispositivos de señalización. Por ejemplo, lo contraerán para alertar a los otros de posibles peligros. A pesar de su tamaño relativamente pequeño y su naturaleza social, las ardillas son extremadamente territoriales, y se sabe que luchan hasta la muerte para defender la que consideran su área.

Cría y alimentación

Dependiendo de la especie, las ardillas se reproducen una o dos veces al año; después viene un período de gestación de alrededor de 3-6 semanas (las especies de ardillas más pequeñas tienen períodos de gestación más cortos), tras lo cual nacerán un número variable de crías (generalmente 2-8). Estos cachorros de ardillas nacen ciegos, desdentados y sin pelo alguno, y por lo tanto dependen completamente de sus madres. En la mayoría de las especies, la hembra cuidará de los pequeños sola. Éstas tienen un fuerte instinto maternal y son muy celosas cuando se trata de defender a sus bebés. Se destetan alrededor de las 6-10 semanas, y es entonces cuando empiezan a aventurarse fuera del nido, aunque generalmente no viajan más de 3 km. Las ardillas jóvenes se vuelven sexualmente activas al final de su primer año de vida.

Debido a que son pequeñas y relativamente indefensas, hay muchos animales de los que las ardillas deben cuidarse, incluidos los gatos y perros domésticos. Su método de defensa principal consiste en su alta movilidad y agudos reflejos: cuando detectan una amenaza por primera vez, reaccionan al instante; si la ardilla está en el suelo, correrá hacia un árbol y trepará hacia la seguridad que le ofrece la altura, mientras que, si ya está en un árbol, se presionará contra la corteza en busca de camuflaje y protección. Curiosamente, una de las razones por la cual las ardillas tienden a correr en patrones erráticos, casi zigzagueantes, es para confundir a los posibles depredadores en cuanto a la dirección en la que pueden estar tratando de escapar. Las ardillas adultas pueden tener una vida útil general de 5-10 años en libertad, y 10-20 en cautiverio. La verdad, sin embargo, es que la mayoría de las ardillas mueren en su primer año de vida, sin llegar a alcanzar la etapa de adulto.

Las ardillas son incapaces de digerir la celulosa; en cambio, dependen de proteínas, carbohidratos y grasas para sobrevivir. En promedio, una ardilla adulta comerá alrededor de 0,45 kg de comida cada semana. Son principalmente herbívoros y se alimentan de una amplia variedad de plantas, tales como: piñones de coníferas, frutas, hongos, vegetación generalmente verde, nueces y semillas. Para algunas especies, la savia del árbol es un manjar.

La mayoría de las especies que se adaptan a la vida en regiones frías han aprendido a planificar con anticipación su despensa para sobrevivir durante el invierno. Como tal, almacenan nueces y semillas en varios lugares (generalmente enterrados bajo tierra), y regresan a ellos durante los meses fríos, cuando la comida escasea. Debido a que entierran tantas nueces y semillas y, a veces, olvidan dónde las ponen, muchos consideran que las ardillas son excelentes plantadores de árboles. Aunque no nos sorprenda, no deja de ser curioso el hecho de que las ardillas hacen todo lo posible para ocultar la ubicación de estos suministros de alimentos. Un ejemplo es que llevarán cebos u otros señuelos para enterrarlos en el suelo como si fueran alimentos, especialmente cuando se saben a la vista de algún espectador (es decir, de posibles ladrones, como las aves u otras ardillas), tras lo cual aprovecharán el tiempo que su ‘’rival’’ emplea para destapar el cebo, permitiéndoles esconder realmente la comida en otro lugar, a cierta distancia de las miradas indiscretas.

El comienzo de la primavera es la época más difícil del año para las ardillas, ya que es cuando empiezan a brotar las nueces enterradas que no han podido ser encontradas. Para entonces son incapaces de consumirlas, por lo que es más probable que las ardillas se alimenten de los brotes de los árboles.

Se sabe que algunas especies de ardillas muestran un comportamiento carnívoro, especialmente cuando se enfrentan al hambre. En tales situaciones, comen huevos, orugas, insectos, aves pequeñas, serpientes jóvenes e incluso roedores pequeños.

Plagas de ardillas

Aunque no infestan los hogares en grandes cantidades y muchos las consideran animalillos adorables, no debemos olvidar que, en caso de producirse, las ardillas son mucho más invasivas que cualquier otro tipo de plaga, principalmente debido a la variedad de daños que pueden causar. Tu jardín, tu casa e incluso tus vehículos no estarán a salvo de ellas. Las ardillas roen todo lo que puedan (plástico y metal incluidos), pudiendo morder los cables eléctricos, provocar apagones e incluso incendios; enterrarán la comida en tu jardín, olvidando luego la ubicación exacta y llenándotelo de cientos de agujeros en un esfuerzo por encontrarla. Además, debido a la familiaridad que tienen al tratar con las personas y la forma fácil en que pueden adaptarse a cada situación, las ardillas no pueden asustarse fácilmente, por lo que incluso tener una mascota ya no puede considerarse un seguro contra la infestación de ardillas. Por esta razón, sucede a veces que muchas personas nunca se librarán de las ardillas; todo lo que puedes hacer en este caso, por lo tanto, es limitar en lo posible su acceso a los lugares donde puedan causar el mayor daño.

Una de las maneras más fáciles de evitar los problemas con las ardillas es teniendo en cuenta que, si las alimentas voluntariamente, es muy probable que estos pequeños roedores lo tomen como una invitación abierta para ingresar a tu patio e incluso a tu hogar. Por el contrario, si dejas la comida en un área alejada de tu casa y jardín, es posible que las ardillas, aunque ronden cerca, nunca sientan la necesidad de moverse y explorar lo que hay más allá.

Las medidas preventivas para mantener a las ardillas alejadas de tu propiedad incluyen un alto nivel de saneamiento y la eliminación de cualquier fuente potencial de alimentos; sin embargo, para obtener más detalles sobre cómo mantener a las ardillas a raya, puedes leer nuestro artículo relacionado sobre ‘’Cómo prevenir una plaga de ardillas’’. En caso de que éstas ya hayan infestado tu propiedad, debes considerar la mejor manera para deshacerte de ellas, para lo cual puedes usar cebos, trampas o cercas como mecanismo de exclusión. Para obtener más detalles sobre “Cómo deshacerse de las ardillas”, puedes visitar nuestro artículo relacionado y obtener más información sobre los métodos de control.

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